Qué bien viene estar en silencio. Leer, escribir, pensar... qué bien viene. Pero en silencio.
martes, 26 de enero de 2010
Orgulloso cumplidor
Me prometí a mí mismo no llamarte. Me prometí a mí mismo esquivarte. Que no supieras de mí nada. Que no supieras que por ti me desangro, enloquezco y me medico. Que cada minuto es un cuchillo que se me clava por tu ausencia. Que cada día ya no vale nada y se copia del anterior. Lo he conseguido, no te he llamado, de mí no sabes nada. Me falta ya la respiración, me ahogo sin remisión. He cumplido mi palabra al precio de mi alma, que la tienes toda tú y no devuelves las llamadas.
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