martes, 26 de enero de 2010

No me hables que te entiendo, no me mires que te siento.

Te conocí hace tanto, que no sé si alguna vez mi vida no contó con tu presencia. Te miro desde hace tanto, que no veo en ti nunca ni un solo cambio. No veo más que tu alma pura y buena. La luz de mi vida, la candelita delgada que me guía. Nunca te he dedicado nada que no fueran poesías enamoradas, de aquellos tiempos en los que aún no me querías. Poemas de amor que te empeñaste en guardar en un cajón y que algún día nos harán enrojecer por la mucha pasión que en ellos reflejé. Ya son diez años, vida mía, y hemos pasado por ellos como si nada, día a día. Es mucho tiempo, aún me siento joven, pero hemos creado un mundo lleno de sensaciones. Somos árboles de separadas raíces, troncos entrelazados y ramas confundidas. Crecimos primero el uno lejos del otro, luego nos enroscamos en un simultáneo desarrollo que hace poco más de un año ha creado un otro. Somos creadores, cariño; de una vida nueva en un hermoso niño.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué belleza! Enhorabuena , me ha encantado.