Qué bien viene estar en silencio. Leer, escribir, pensar... qué bien viene. Pero en silencio.
martes, 26 de enero de 2010
Contra la melancolía
Y se me escurre entre mis dedos como la fina arena de un reloj. Como agua de una fuente se me escapa, aunque lucho por retenerla. Abro mis brazos intentando tapar el viento y todo esfuerzo es infructuoso. Como la arena, el agua o el viento, la vida, las personas o los hechos huyen al pasado. Nada perdura, todo muta. Ni las montañas más altas, ni los mares más vastos permanecen estáticos. ¿Dónde hallar la verdad? Seguramente en el cambio perpetuo. Lo que luchamos por buscar, la Verdad Inmutable, es una búsqueda inútil y contra natura. Al querer aferrar las cosas para que no cambien, nos sucede como al que pretende retener el tiempo en fotografías. Recuerdos que dañan al cabo del tiempo. Todo en vano. Lo que retiene la fotografía no es más que hueco, sustancia insustancial. Vivir en lo presente, aprovechar cada minuto, eso es lo que merece la pena. Hay que ser protagonista de tu vida, actor principal en tu ahora, no te dejes arrastrar por la vida pasada que no es real, lucha contra ello y apura el momento, que cuando ya lo estás pensando se te ha ido el hoy y ya es ayer. Vive, haz, no te aletargues. Dile que le quieres, dile que la amas: a tu madre, a tu padre, a tus amigos, pero no prometas, no te arrepientas, ni por el pasado te hipoteques, que nada volverá a ser como fue, que ya sabes que todo aquello es falso porque no puedes cambiarlo. Vive.
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