A vosotros, sí, y a vosotras. A todos y a todas os dedico esta loa:
Pues no se puede decir de otra forma, loadas seáis allá donde vayáis.
Más respeto deberíase tener con estas trabajadoras que año tras año recorren centros distantes y se dejan en cada uno de ellos la piel, el corazón y la energía.
Llegáis en septiembre, jóvenes o mayores, recién llegadas o con más espolones que un gallo viejo, y lo dais todo hasta junio. Programación de las áreas, reuniones en ciclos, claustros, atención a padres y madres, lucha con los niños, apoyos a compañeros, colaboración en los festejos, actos y proyectos del centro.
Lo dais todo y no será por el sueldo, las condiciones o la seguridad en el puesto.
Lo das todo y puede que mañana no vuelvas o que el verano te lo sisen o que se decida que no es necesaria tu vuelta. Y tragas con todo y tiras para adelante y lloras tu marcha y maldices tu suerte.
Pero en septiembre llegarás a otro centro y lo volverás a hacer todo otra vez. Y allí te dejarás de nuevo la piel, el corazón y la energía. Porque no sabes hacer otra cosa, porque este trabajo no lo entiendes sin tu compromiso total y absoluto.
Tú interina, tú interino, tantas veces denostada, tantas veces ignorado, os digo una sola palabra: gracias.
Qué duro es trabajar de interino en la enseñanza.
Qué difícil se hace veros marchar cada último día de junio.
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